lunes, 6 de junio de 2011

GIVE THE NICEST RIDEE

180 kilómetros por hora, el viento enreda mi pelo. Puedo sentirlo, sabe a libertad. La sensación de que la vida pasa sin poder casi saborearla. Paisajes difusos, siluetas inertes. Pura adrenalina sobre dos ruedas. Momentos en los que estás tú con tus pensamientos. Para mí es la única medicina contra los sabores amargos que ofrece la vida. Abrir el casco y por unos instantes quedarte sin respiración. Girar el acelerador para aumentar la velocidad, las ganas de sentirme la reina del mundo, de tener unos segundos de soledad. Doy gracias al que inventó las motos, han hecho que una adolescente como yo,sueñe.

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